lunes, 20 de enero de 2014

Enheduanna, el regreso de la sacerdotisa.



Cada vez más y más en respuesta al llamado de la Diosa, encontramos en nuestros caminos y de forma mas natural a las sacerdotisas, pero que son y que hacen, cual es la frecuencia divina que nos comparten.

Tomando la definición del diccionario diremos que una sacerdotisa es una mujer que oficia rituales sagrados, pero no es lo único que hace, una sacerdotisa sirve y atiende las necesidades espirituales de su comunidad.

Demos un salto a las leyendas e historias antiguas. Las sacerdotisas cuidadosamente han observado los patrones y ritmos de la naturaleza, conectándose con los ciclos de la tierra.  (se le adjudica a la mujer el descubrimiento de la agricultura, en el sentido de entender por observación, el proceso de crecimiento y desarrollo de las plantas).

Las sacerdotisas honraron a la Gran Madre a través de rituales sagrados en cada estación. Las mujeres como encarnación de la Diosa Madre, fueron profundamente reverenciadas, honradas y celebradas porque como la tierra son capaces de crecer la vida dentro de ellas.



La primer sacerdotisa de la que se tiene registro es Enheduana, sacerdotisa de Inanna, la Diosa sumérica, de lo cielos y de la tierra.  Los  himnos de Inanna fueron escritos por ella, Enheduana es la primer poetiza, sacerdotisa y creadora de un imperio,  hija de Sargon of Akkad y es ella a través de la escritura cuneiforme de los himnos que narran el poderío, el crecimiento y las características de Inanna que se consolida un reino.  Se tiene además cerca de 42 poemas cortos, con temas variados como la frustración, la esperanza, la piedad religiosa y la Guerra, así como una descripción del panteón de Dioses de Mesopotamia que bien puede uno pensar que son la base espiritual del primer estado, multicultural, multiligue establecido del mundo.
El poder de una sacerdotisa como Enheduana, está latente en cada mujer, a veces a través del tiempo, este poder puede haber sido mal entendido, pensado muchas veces como una fuerza obscura por miedo a su gran poder y sin embargo hoy en el despertar de la consciencia femenina, Enheduana se hace presente.

Hoy en día las sacerdotisas de la Diosa, están latentes en cada mujer cuya frecuencia esta en conexión con su corazón, tiene familia y tiene trabajo, además de sus labores como sacerdotisa, la sacerdotisa-mujer encarnada de la divinidad femenina tiene una energía de fuerza vital de agua y luna y su misión es ayudar a que esta energía casi olvidada sea reactivada.  Sabe de manera intuitiva que el principio divino femenino debe empoderarse para restaurar el balance armónico y natural entre todos los habitantes de Gaia, pero no lo hace sola, lo hace en fusión con la energía masculina del sol y el fuego, la sacerdotisa ayuda al renacimiento de la Sagrada Unión.


Las mujeres que responden al llamado al camino de la sacerdotisa, escuchan dentro de ellas, resonando apasionadamente con el llamado, con plena consciencia de que este es su trabajo,  las sacerdotisas hoy en día, fluyen con el ascender y descender de la espiral de la vida. EL trabajo de una sacerdotisa es la confrontación continua de sus temores, sanando heridas del pasado, aclarando ideas, dejando ir lo que ya no sirve para su mayor bienestar, es un viaje a otros reinos, oración, meditación  reflexión que forman el estilo de vida de estas mujeres encarnadas de la divinidad.

No es un trabajo fácil pero la recompensa es grande, reconocerse como una expresión única de la cara de la Diosa, aprende a valorarse  y a honrar su divinidad, es el vaso sagrado donde la divinidad deposita su creación para la humanidad.
Una sacerdotisa esta dedicada a servir al amor y al espíritu a cada instante. Aprende a trabajar de forma sagrada con todas las energías   Baila como Shakti le enseña y eleva su vibración mejorando la del mundo. 

Una alta Sacerdotisa  como Enheduana es el trabajo de muchos años de conexión, la capacidad de trabajar con frecuencias más sutiles, se vuelve una emisaria directa de la divinidad femenina aquí en la tierra.  Es la soberana de si misma.

Bendiciones a todas las sacerdotisas que hoy por hoy, elevan constantemente su vibración y se re-encuentran con su divinidad.

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Texto extraído de la Red

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